Tom Bob es un artista en Nueva York que salió a la calle y convirtió los objetos cotidianos en piezas de arte creativas. El artista ve el mundo de manera diferente a los demás. Donde vemos una caja de medidor de gas, ve un flamenco rosado, donde pasamos frente a un portabicicletas sin mirarlo dos veces, ve una criatura resbaladiza. Transforma la infraestructura de la ciudad en murales 3D lindos y juguetones con pintura de la casa y mucha imaginación.
No solo se limita a Nueva York solo. Su trabajo también se ha visto en Kaohsiung (Taiwán), Dubai (Emiratos Árabes Unidos) y muchos otros lugares del mundo. Transforma los objetos cotidianos como tuberías, rejillas y fachadas de edificios en imágenes inesperadas. No todos son fanáticos del arte fuera de la galería, y sin duda el arte callejero puede crear una atmósfera y estados de ánimo particulares en la ciudad. El arte callejero o el graffiti comenzaron con toda su fuerza con el advenimiento de la música Hip Hop a principios de la década de 1980 y los artistas vieron rápidamente el atractivo de poder presentar su arte a un público más amplio sin las limitaciones del mundo del arte.
Keith Haring es también otro artista callejero icónico que contribuyó a la escena artística de Nueva York con sus enormes murales en los subterráneos de Nueva York. Usó su voz como una forma de llamar la atención sobre la crisis del SIDA que estaba ocurriendo al mismo tiempo. Su obra se recoge en varios museos de todo el mundo. El socio de Haring, Jean-Michel Basquiat, comenzó su carrera de arte callejero pintando grandes epigramas enigmáticos en el Lower East Side de Manhattan en la década de 1970. Conoció a Andy Warhol, y comenzaron a trabajar juntos. Sus obras se pueden encontrar en museos, galerías y colecciones privadas de todo el mundo. Otro nombre muy contemporáneo es el artista británico Banksy.
Es conocido por sus obras icónicas y de lengua en mejilla. La verdadera identidad de Banksy nunca ha sido revelada. El artista utilizó una técnica de plantilla para crear pinturas e instalaciones en Londres y otras ciudades. Tom Bob no tiene un mensaje político en su obra de arte. Sin embargo, sus obras siguen siendo convincentes. Pueden traer alegría a la ciudad y pueden crear espacios para que las personas reconsideren el poder de las estructuras de propiedad que son dominantes en cualquier área urbana.