Los diamantes son para siempre, pero los diamantes no son raros. En contraste con otras piedras preciosas, los diamantes son bastante comunes en realidad. De hecho, los científicos incluso han ideado métodos para crear diamantes en laboratorios utilizando todo tipo de materia que contiene carbono; dióxido de carbono o diferentes tipos de alimentos como la mantequilla de maní.
El geólogo Dan Frost, del Geoinstitudo de Beyerisches en Alemania, ha estado trabajando para encontrar formas de simular las condiciones de alta presión del manto inferior de la Tierra. Durante su investigación, ha encontrado algunas formas realmente extrañas de crear diamantes.
Según la hipótesis de Frost, determinados procesos geológicos pueden extraer dióxido de carbono de los océanos del mundo y forzarlo a caer al manto. Ahí es donde la alta presión convierte el gas en diamante. Según él, el hierro es el ingrediente clave para que este proceso tenga lugar. La alta presión que existe en el manto fuerza el dióxido de carbono de las rocas a los minerales que son ricos en hierro. El oxígeno se elimina en este proceso y deja solo carbono para formar el diamante. Esto se confirmó cuando Frost recreó el proceso y básicamente creó diamantes de la nada.
No podrá hacer una gran fortuna con esto porque el proceso lleva mucho tiempo para que crezcan los diamantes. Él dice: “Si quisiéramos un diamante de dos o tres milímetros, tendríamos que dejarlo por semanas”. Esto no le impidió experimentar usando varias fuentes para hacer diamantes. De hecho, a pedido de una estación de televisión alemana, incluso intentó el proceso utilizando mantequilla de maní rica en carbono. Él dijo: “Se liberó una gran cantidad de hidrógeno que destruyó el experimento”, dice, “pero solo después de que se convirtió en diamante”.
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