Mientras la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, visita China, Huawei Technologies presenta en línea su último teléfono inteligente, el Mate 60 Pro. Este no es sólo otro dispositivo; es un hito tecnológico que preocupa a los funcionarios estadounidenses.
A pesar de las sanciones estadounidenses destinadas a obstaculizar los avances tecnológicos de China, el nuevo teléfono muestra la resiliencia y la innovación de China.
El Mate 60 Pro cuenta con un chip avanzado, diseñado y fabricado en China, eludiendo los controles de exportación de Estados Unidos.
Estas sanciones, inicialmente impuestas por la administración Trump y mantenidas durante el gobierno del presidente Biden, tenían como objetivo sofocar el crecimiento tecnológico de China.
El lanzamiento del teléfono, coincidiendo con la visita de Raimondo, parece un movimiento calculado. Los medios chinos rápidamente etiquetan la guerra comercial de Estados Unidos como un “fracaso”.
Paul Triolo, experto en política tecnológica del Grupo Albright Stonebridge, con sede en Washington, describe el teléfono como un revés significativo para los antiguos proveedores de tecnología estadounidenses de Huawei.
Destaca su impacto geopolítico, demostrando que China puede producir tecnología competitiva sin depender de insumos estadounidenses.
Si bien la administración Biden guarda silencio, persisten las preguntas sobre las capacidades del nuevo chip. Huawei mantiene los detalles en secreto y solo afirma que el teléfono logra avances en las “comunicaciones por satélite”.
Las primeras pruebas de velocidad sugieren que el rendimiento del teléfono está a la par de los principales teléfonos 5G.
El chip, producido por Semiconductor Manufacturing International Corp (SMIC), una empresa parcialmente de propiedad estatal, utiliza un proceso de 7 nanómetros, que coincide con los chips del iPhone 2018 de Apple.
Este hecho desafía la eficacia de las sanciones estadounidenses, que tenían como objetivo frenar el progreso de China en campos como la inteligencia artificial y los macrodatos limitando su acceso a semiconductores avanzados.
Los expertos advierten que es demasiado pronto para evaluar la competitividad de China en la fabricación de chips. Sin embargo, Chris Miller, profesor de la Universidad de Tufts, cree que el nuevo teléfono demuestra que empresas chinas como Huawei todavía poseen importantes capacidades innovadoras.
El lanzamiento del Mate 60 Pro ha encendido debates en Washington y en la industria tecnológica. Algunos piden controles de exportación más estrictos, mientras que otros abogan por mantener las relaciones comerciales para preservar la participación de mercado.
La situación recuerda a la época de la Guerra Fría, cuando las restricciones tecnológicas estadounidenses llevaron a rivales como la Unión Soviética a desarrollar sus alternativas.
En resumen, el nuevo teléfono inteligente de Huawei no sólo marca un salto tecnológico para China sino que también plantea nuevas preguntas sobre la efectividad de las sanciones estadounidenses y el futuro de la guerra tecnológica entre las dos naciones.
Fuente: El Correo de Washington