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La curiosidad, una habilidad clave para los profesionales digitales

Para lograr resultados en un entorno cambiante

Lo digital tiene muchas peculiaridades. Es un sector apasionante por su movimiento: una novedad desplaza a la otra, la verdad del día no es la del día siguiente. Las plataformas desvelan nuevas funcionalidades a muy alta frecuencia, se anuncian integraciones, se presentan nuevas técnicas… Tantas palancas que pueden ser accionadas por los profesionales digitales.

Para detectar estas oportunidades, los especialistas deben ser esponjas atentas. Debe informarse, consultar las noticias, leer contenidos precisos, completos, documentados, analizar el feedback de sus compañeros. Quedarse quieto es inútil y peligroso, ya que la obsolescencia de las habilidades es rápida. Esta es una ventaja obvia para los empleados curiosos, quienes podrán explorar nuevas posibilidades más rápidamente que sus colegas que esperan y ven. Esta habilidad es una garantía segura de éxito, ya que permite marcar la diferencia en el día a día.

Por supuesto, la curiosidad por sí sola no es suficiente. Las habilidades técnicas, los conocimientos empresariales y otras habilidades blandas constituyen un todo que permite al profesional obtener resultados. Pero la curiosidad es necesaria porque te permite adquirir otras habilidades que son útiles en la vida cotidiana. El experto digital simplemente tendrá que tener cuidado de no ahogarse en un flujo infinito de información, usar sus habilidades analíticas para reducir el ruido e identificar datos útiles, y comprender cómo se puede activar tal o cual palanca recién descubierta de acuerdo con sus problemas y su contexto profesional.

Para trabajar eficazmente con otros oficios

En el sector digital, las startups suelen ser el resultado de dos o tres socios de diversas especialidades. Y para tener éxito, las empresas generalmente forman equipos tecnológicos multidisciplinarios, donde varias profesiones trabajan juntas. La combinación de capacidades técnicas variadas, aprovechadas por personas igualmente reconocidas por sus habilidades blandas, genera mucho valor.

En los equipos, cada experto se enfrenta a habilidades técnicas que no domina. No le pedimos a un diseñador que pueda codificar en su IDE favorito. No le pedimos a un desarrollador que pueda diseñar interfaces en Adobe XD. Pero los especialistas aún deben:

Compartiendo una cultura web común: seguir los desarrollos digitales, conocer a los actores y las herramientas. Cada experto debe entender el rol de cada experticia en la cadena de producción y exposición de un proyecto web.
Comprender los problemas de los compañeros más cercanos: si de nada sirve exigirle a un diseñador capacidades en desarrollo, debe entender con cierta precisión los problemas de un desarrollador front-end.

Esta base común y este conocimiento de las limitaciones de los compañeros más cercanos son esenciales para llevar a cabo un trabajo relevante. La curiosidad debe empujar a cada profesional a interesarse por su sector y por los temas de terceros, de forma global y en el marco de la empresa o de los proyectos. El nivel de granularidad depende de la proximidad a su profesión: un desarrollador tendrá interés en comprender claramente las necesidades expresadas por el propietario del producto de su equipo, pero a priori tendrá vínculos más flojos con los growth hackers del departamento de marketing.

Evolucionar y hacer carrera en las profesiones digitales.

La curiosidad es la habilidad que te permite salir de la caja. No llegaremos a sacar a relucir viejos tópicos, pero está claro que es este estado de ánimo el que permite a los profesionales obtener resultados y evolucionar. La apertura a los demás, a las cosas nuevas, a las palancas sin explotar, a las pruebas, a las ideas, es un elemento esencial para todos los expertos digitales. Ninguna frontera debería frenar esta curiosidad: los intercambios con su vecino de espacio abierto, un empleado de otra empresa o un experto en el ecosistema tecnológico le permiten agregar conocimientos adicionales y comprender mejor sus propios desafíos a diario. .

La curiosidad es también la habilidad que marca la diferencia en el mercado laboral. Dado que permite a los profesionales obtener resultados y evolucionar en un entorno cambiante, constituye un claro valor añadido para los candidatos. Para las empresas es fundamental reclutar expertos capaces y sobre todo envidiosos de la investigación, los desafíos, la incomodidad, el cuestionamiento, la observación de la competencia y los experimentos realizados por colegas. Esta habilidad se evaluará analizando los currículos, observando los proyectos realizados y las palancas utilizadas (en la empresa, pero también y sobre todo fuera); y por supuesto en las entrevistas, durante los intercambios y las preguntas para medir, aunque no siempre sea fácil, ese deseo de ir siempre más allá.

La curiosidad es finalmente la habilidad que te permite evolucionar y hacer carrera. Los límites entre las profesiones digitales son extremadamente porosos. Las profesiones evolucionan, algunas desaparecen, otras emergen. Puedes comenzar tu vida profesional como community manager en una startup, continuar como project manager en una agencia y luego navegar a otras especialidades encontradas durante tus experiencias, como diseñador UX o integrador, por ejemplo. Evidentemente, habrá que realizar una formación adecuada para adquirir las competencias técnicas necesarias para el ejercicio de estas profesiones. Lejos de nosotros decir que puede “cambiar de especialidad” leyendo solo dos o tres artículos en Internet: los expertos autoproclamados que no han demostrado nada ya son demasiado numerosos en LinkedIn y en la web. Pero la curiosidad es sin duda un elemento imprescindible para todo aquel que quiera evolucionar, en su empresa o fuera de ella, en su profesión o hacia otra disciplina, en el constante movimiento del sector digital.