Glass ha estado en uso para la impresión 3D durante bastante tiempo. Los objetos hechos con él superan las limitaciones de diseño de una pieza fabricada de manera convencional. Pero el vidrio usado se ha sinterizado a partir de polvo o se ha usado arena de sílice para hacer gradualmente la pieza mediante la deposición de rebanadas de sección transversal interpoladas. Pero, en un estudio reciente realizado por Neri Oxman y el grupo de Materia Mediada del MIT, también ha realizado varias geometrías complejas con la ayuda del vidrio fundido extruido.
Apodada la G3DP o Glass Glass Printing, la nueva técnica utiliza una máquina tridimensional de extrusión de vidrio fundido completamente desarrollada. Los otros procesos, como la sinterización por láser, no son formas naturales de hacer vidrio, por lo que no son tan finos como los objetos hechos con vidrio fundido. Ahora que el proceso se ha perfeccionado utilizando la tecnología de impresión 3D, se ha utilizado para hacer algunos de los objetos y piezas de arte más bellos que se verían bien en cualquier colección de arte costosa.
El modelo de deposición fundida (FDM) desfavorable fue el proceso a través del cual se hicieron los modelos más nuevos. Siempre había sido limitado a este respecto debido a su incapacidad para manejar materiales que se derriten a temperaturas más altas. El bajo precio, la dureza, la durabilidad y las cualidades ópticas hacen que el vidrio sea un excelente candidato para la futura tecnología de impresión 3D. Los ingredientes también están disponibles. Sin embargo, trabajar con vidrio es complicado debido a su velocidad de enfriamiento que debe realizarse a una velocidad lenta específica para lograr la cristalización correcta. El proceso se llama recocido. Una cámara con control de calor especialmente diseñada fue diseñada principalmente para este propósito ya que los calentadores a base de propano resultaron difíciles de controlar. Ahora con un control y automatización precisos, la temperatura precisa se puede mantener durante bastante tiempo. Fue nombrado la cámara de recocido.
La impresora 3D está hecha de un cartucho de horno que puede derretir el vidrio a temperaturas superiores a 1165 grados centígrados. La temperatura es ajustable según el tipo de vidrio y el propósito previsto. Luego, el material se extruye a través de una boquilla de 10 mm de diámetro que se calienta a 100 grados centígrados.
El tamaño de las piezas impresas en 3D está limitado por el tamaño de la cámara de recocido. Pero dudo que sea un gran obstáculo para hacer piezas más grandes a través de este proceso. La cámara incluso tiene paredes transparentes para que podamos ver la deposición sistemática de los cortes transversales que se convierten en una parte terminada. Es como mirar el video en cámara lenta de la miel que se vierte de un frasco.
Los artistas ahora pueden crear cosas de vidrio que antes eran muy difíciles de hacer. La impresión 3D se está desarrollando más rápido que cualquier otra tecnología de fabricación y afectará nuestras vidas mucho más en los próximos años. ¡Fábricas enteras podrían ser cosa del pasado!