Un fenómeno medible macroscópicamente conocido como ‘Presión de radiación’ es la razón detrás del movimiento de los objetos a través de la luz. El concepto es simple: como las ondas de líquido o aire, la luz se constituye de ondas electromagnéticas y tiene un impulso en forma de energía. Por lo tanto, puede aplicar fuerza a un objeto. En la mayoría de los casos, la cantidad de fuerza es apenas significativa para que nos demos cuenta.
Uno de los dispositivos para aprovechar esta energía, como las velas de viento, se conoce como Solar Sails. Las velas solares utilizan la luz solar para impulsar un objeto, como una nave espacial, sin consumir combustible. La tecnología está destinada a ser utilizada para equipos que atraviesan el espacio profundo, como telescopios y cámaras. La idea es utilizar una fuente de energía sin fin cuando se agota la fuente de combustible convencional.
Otro fenómeno relacionado es el efecto Yarkovsky cuando el sol calienta el asteroide desde un lado. Cuando el asteroide gira hacia el espacio frío, la parte calentada del asteroide libera la energía térmica. Por lo tanto, da como resultado una fuerza que empuja al asteroide.
Teóricamente hablando, sí! La luz puede mover o empujar un objeto a medida que los fotones transfieren su impulso a la superficie con la que entran en contacto. Las longitudes de onda más cortas producen más impulso, y significa que se puede ejercer más fuerza con frecuencias de luz en el espectro más alto que las del espectro más bajo.
Además de dispositivos especialmente diseñados como Solar Sails, existe un dispositivo llamado Crookes Radiometer para demostrar el mismo fenómeno. El ventilador dentro de la bombilla de vidrio gira cuando la luz se proporciona al vacío parcial creado dentro de la bombilla.
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